martes, 26 de abril de 2011

HOMEOPATÍA Y DOLOR DE CABEZA

El dolor de cabeza es uno de los síntomas más comunes de la patología y puede acompañar a muchas enfermedades generales, algunas graves, por lo que es necesario en todos los casos, realizar una historia
clínica cuidadosa y a veces pruebas complementarias para determinar su causa y así emplear un tratamiento eficaz.
Llamamos cefalea a un dolor difuso en toda la cabeza generalmente intermediado por el sistema vascular y migraña o jaqueca cuando afecta a la mitad o a una parte de la cabeza y tiene un componente más neurológico.
Esto que en las definiciones queda tan claro, en la práctica tiene límites difusos y con frecuencia es difícil de etiquetar con el nombre correcto.
La forma en que se presenta, los momentos en que aparece, las sensaciones que produce, el cortejo de síntomas que le acompaña, los cambios emocionales y psíquicos que el dolor determina, son los gritos que
emite el cuerpo, expresando a quien pueda entender su lenguaje, qué es lo que le pasa y por qué. El médico homeópata es el especialista que ha de comprender el lenguaje corporal de los signos y síntomas para captar lo que está ocurriendo y de qué nos está avisando el dolor y más específicamente qué significa el dolor en ésta persona en particular, qué papel juega en su equilibrio general y cómo curar o mejorar la situación sin desplazar el problema a otro órgano. Se trata en definitiva de liberar la fuerza que se expresa provocando sufrimiento, incrementándola leve y puntualmente con otra semejane a ella y asì posibilitar la curativa reacción vital.
El dolor es la señal que el cuerpo emite para que tomemos conciencia de que algo no va bien. Es la alarma que avisa he induce a preguntarnos “qué me pasa”, ”qué es lo que no va bien”, ”qué es lo que no hago bien”.
Mucha gente tiene la costumbre de usar medicamentos que hacen callar la alarma, pensando inocentemente que acallado el ruido se terminó el problema. Pero hay! el incendio sigue en el oscuro interior, la alarma vuelve a sonar y además ahora los efectos secundarios de los analgésicos se suman al problema principal. Si entendemos el dolor como signo de alarma, como señal indicativa de que algo no va bien, es beneficioso y evita que persistamos en hábitos o modos de vida que nos hacen daño, nos lleva a investigar o a pedir consejo del médico para saber qué pasa y así quitar las causas del síntoma.
El dolor no se puede medir ni pesar, no se puede cuantificar.
Sabemos que alguien tiene dolor porque se queja, grita o se le pone mala cara pero la experiencia del dolor es personal e intrasferible. Unos más estoicos sufren en silencio, otros hipersensibles no paran de quejarse y en el extremo están los que llevados a la desesperación pueden llegar al suicidio.
Estos tan diferentes modos de sufrir son valorados por el homeópata a fin de ajustar el tratamiento a la personalidad de cada paciente;así una primera diferencia que nos permitirá avanzar en el camino de la individualización, es la forma particular que cada uno tiene de vivir la enfermedad, su personal modo de sentir lo que le ocurre y el significado que para él tiene la enfermadad, le hará más sensible a unos remedios homeopáticos que a otros.
Las especiales características anatómicas y funcionales de la cabeza estan en la base de la enorme frecuencia con que se presenta éste síntoma, de hecho muy poca gente afortunada puede decir que nunca
ha tenido un dolor de cabeza, es muy posible que éstos individuos estén genéticamente preservados.
El hecho de ser una caja cerrada por fuertes paredes de hueso hace que pequeñas variaciones de presión en su interior sean enormemente dolorosas. También su situación inestable como una esfera sobre un tubo
flexible que es el cuello va ser causa de muchas molestias derivadas del mantenimiento de la postura. Su función como sede central del gobierno hormonal y neurológico hace que casi todo lo que ocurre en el resto de la persona repercuta en la capital y viceversa.
Pero la cabeza también tiene un importante papel como lugar de expresión de la personalidad. En el lenguaje corriente hay muchas frases hechas que ilustran éste aspecto como por ejemplo “llevar la cabeza bien
alta” en la imágen del altivo o del orgulloso, ”darse con la cabeza contra un muro” cuando hablamos del obstinado que se desroza a sí mismo por no cambiar de parecer, el dolor de cabeza como expresión casi sinónima de las preocupaciones de la vida cotidiana, el que “esconde la cabeza bajo el ala” en la actitud del cobarde o del timorato que no se quiere en frentar, la “cabeza nublada” por las emociones o por los tóxicos, las ofensas o los amores que no nos podemos “quitar de la cabeza”. Estos ejemplos muestran la enorme gama de actitudes emocionales que subyacen al síntoma físico que el médico homeópata ha de valorar y tener en cuenta en la elección del medicamento. Es evidente en éstos casos que si no se modifica la actitud
mediante la información que aporta el remedio homeopático, no se obtendrá una mejoría permanente de los síntomas.
El capítulo del dolor de cabeza es el que más lugar ocupa en el repertorio de síntomas que usamos los homeópatas para analizar los casos.
No pretendo en la extensión de un artículo ser exhaustivo al describir los tipos de dolor y los diferentes modos de vivirlos. No citaré los casos que tienen que ver con procesos de cambio estructurados ya sean tumores o lesiones por accidentes que quedan fuera de nuestro campo de acción, aunque a veces podamos colaborar con paliativos. Hablaremos solo de los más comunes.
El primer gran grupo tiene relación con la digestión, entre ellos los hay que pequeñas cantidades de determinados alimentos provocan el dolor, son personas hipersensibles o alérgicas que incluso el olor de éstas comidas puede ser causa de una crisis dolorosa, muchas veces acompañadas de vómitos. El centro de problema suele estar en el hígado o la vesícula biliar que se encuentran tan saturados de toxinas que una gotita provoca una catarata.
En nuestra opulenta sociedad, la comida es muy abundante y variada así que no es raro que el exceso de algunos alimentos sea causa frecuente de problemas. El alcohol, el café, el tabaco y en menor medida el chocolate ingeridos de forma continuada o de forma masiva son causa de frecuentes dolores de cabeza que comienzan por la mañana, se acompañan de naúseas, hipersensibilidad a las luces y los ruidos y notable mal humor;éstos casos de origen tóxico se alivian con una sola toma de Nux Vómica 30 CH que normalmente no es necesario repetir.
La cafeina es una sustancia que nos servirá para ilustrar el modo de acción del medicamento homeopático. Todo el mundo conoce su presencia en muchos preparados analgésicos (Cafeaspirina) y muchos tienen la
experiencia de que un exceso de café, o el dejar de tomar café en los grandes aficionados a ésta infusión provoca tremendos dolores de cabeza.
¿Qué significa ésto?, simplemente que una pequeña dosis de cafeína provoca el efecto contrario al que producen las dosis masivas. Por eso los homeópatas usamos la cafeina (Coffea) para tratar los dolores del tipo semejante a los que se producen por el exceso o la deprivación del café. Y los que usan analgésicos conmpuestos de cafeina también se alivian por un efecto homeopático sin saberlo.
En la cabeza están los receptores de las informaciones que nos llegan en forma de luz y color que al mismo tiempo son emisores de “la mirada”, esa inmaterial proyección de lo interno que puede golperar o acariciar. Es fácil entender que los pequeños músculos que dan toda la gama de sutilezas a la expresión y efectuan el duro trabajo de mirar, sufran tensiones y agotamientos que se traducen en cefaleas. Usamos Ruta Graveolens 30 CH en éstos casos de dolor de cabeza por sobrecarga de trabajo de los ojos.
La ventilación de toda ésta sorprendente fábrica que es el cuerpo humano se realiza a través de una chimenea de formas caprichosas y recovecos que se extienden al interior de los huesos de la cabeza. No es
raro que alguna de éstas cavidades, senos, quede aislada de forma que se acumula el moco encargado de la limpieza que irritará, inflamará y disparará la alarma del dolor. Son las frecuentes sinusitis derivadas de catarros mal tratados que provocan dolores crónicos generalmente frontales muy agravados al agacharse o al agitar la cabeza, se dan en personas con herencia tuberculínica, (antecedentes familiares de tuberculosis incluso lejana) o de base alérgica.
Algunos dolores de cabeza tienen su origen también en la ventilación, pero de la habitación en que dormimos, se hacen notar al poco de despertarnos y se solucionan fácilmente dejando la ventana abierta durante la noche y evitando la calefacción del dormitorio.
Los cambios hormonales, especialmente en la mujer, son intermediarios de muchas cefaleas en relación al ciclo menstrual con diferente significado según sobrevengan antes, durante o después de la regla. Todos ellos tienen relación con desequilibrios en la secreción de hormonas ováricas. La expresión de “lo femenino” en una sociedad que con frecuencia obliga a la mujer a comportarse como un hombre conlleva
múltiples tensiones y conflictos que pueden ser causa o consecuencia del desarreglo hormonal. Es muy común el dolor de cabeza premenstrual que acompaña a un estado característico de irritabilidad, mal humor, llanto fácil y rechazo de compañía y afecto que se resuelve fácilmente con una pequeña dosis de Sepia 30 CH. Cuando el dolor es postmenstrual puede tener relación con un estado pre o francamente anémico que si se presenta en una mujer de las que funcionan a base de voluntad sobreponiéndose a su debilidad con la fuerza de su decisión, con acaloramientos o rojeces en la cara, una toma de Ferrum Metálicum 30 CH obrará el “milagro” regulando el metabolismo del hierro.
Las fuertes alteraciones emocionales. las preocupaciones, los temores, tienen su substrato físico en las hormonas que deben ser metabolizadas una vez han hecho su trabajo. Y si éstas emociones son mantenidas en el tiempo o exageradas intoxican el organismo y no es raro que provoquen dolores de cabeza crónicos y prolongados. Las variaciones de tensión arterial repercuren con mucha frecuencia en forma de dolor de cabeza, tanto por baja como por alta tensión;éstos últimos tienen enorme interés ya que en ocasiones son la única manifestación de una subida de tensión que de otra forma pasaría desapercibida.
Las alteraciones del ritmo del sueño son causa, en las personas predispuestas, de fuertes cefaleas. Son muy típicos los dolores de fin de semana y de vacaciones, desencadenados al quedarse un rato más en la cama. Se resuelven muy bien con Sulphur 30CH cuando se dan en una persona calurosa con tendencia a hacer problemas de piel.
La figura mítica de Atlas cargando el mundo sobre su cuello ha dado nombre a la primera vértebra cervical que articula la columna con el cráneo.
Cada vez es más común lo que se podría denominar síndrome de Atlas para hacer referencia a todas aquellas personas que cargan el mundo sobre su cuello, sintiendo su circunstancia como un enorme peso sobre ellos, viviendo con exagerada responsabilidad todo lo que les rodea, son aquellos que dicen que “tiran del carro”, en gráfica expresión del error de su actitud.
Esta incòmoda postura ante la vida suele derivar en dolores de cabeza irradiados desde las cervicales que suelen ceder con Gelsemium 30 CH.
Pero para que su resolución sea definitiva se ha de acompañar de un cambio de actitud. El tratamiento homeopático posibilita, abre la puerta a ése cambio, el médico ha de inducir la reflexión, pero la curación surge del interior de la persona como una decisión que emerge de la profundidad del deseo de vivir y estar sano. El verdadero arte médico consiste en liberar ésa fuerza curativa de la que todos somos portadores.
Dr. Miguel Luqui Garde
Barcelona

miércoles, 13 de abril de 2011

HOMEOPATÍA VS. ALOPATÍA.

Fca. Ana María Fernández

A pesar de la común aceptación del vocablo Homeopatía, es frecuente que la gente no llegue a diferenciar con claridad y precisión las diferencias entre vocablos Homeopatía - Alopatía.

Si bien ambos son procederes para la conservación o recuperación de la salud, su modo de actuar e influir sobre la complejidad del organismo, es bien notoria su diferenciación.

Se pretende en este breve artículo reflejar con claridad estas diferencias.

Homeopatía: etimológicamente deriva de omoios que como raíz griega significa "semejante" y pathos que equivale a "enfermedad" o "padecimiento".

Alopatía deriva de allos es decir "diferente".

Veremos diferencias entre medicamento homeopático y sustancia farmacológica activa.

H.- Homeopatía

A.- Alopatía.



1) Sujeto de experimentación.

H.- La experimentación se realiza en hombre clínicamente sano, capaz de expresar sus sensaciones y trasmitirlas en su hábitat normal.

A.- La experimentación se realiza en animales preferiblemente cobayos a los cuales se introduce por vía parenteral una sustancia para intentar observar el efecto que produce en el organismo, por diferentes métodos hasta la autopsia y anatomía patológica. En el animal sano en cautiverio se busca comprobar la toxicidad de la sustancia, mientras que en el animal enfermo se experimenta para lograr el efecto contrario.



2) Vía de experimentación.

H.- Oral, sublingual.

A.- Parenteral.



3) Dosis en tratamiento.

H.- Dosis infinitesimales - diluidas y dinamizadas logradas a través de tres escalas:

Escala Decimal: diluciones en la proporción 1/10.

Escala Centesimal: diluciones en la proporción 1/100.

Escala Cincuentamilesimal: diluciones en la proporción 1/50.000

A.- Dosis ponderables relacionadas con la edad; proporcional al peso o superficie corporal.

4) Frecuencia de administración.

H.- La frecuencia de administración está dada por la evolución del cuadro y por la dilución del remedio.

A.- La frecuencia de la administración está dada por la cinética del remedio (absorción, distribución, unión a proteína, eliminación, vida media, etc.).



5) Características de los efectos

H.- No reproduce efectos en órganos aislados. El medicamento homeopático produce su efecto por un estímulo global sobre el organismo y dicho estímulo da lugar a un proceso reaccional en el que participa todo el organismo.

Esta reacción integral es irreproducible en un órgano aislado.

No hay una curva dosis-respuesta. Es una respuesta todo-nada del tipo cualitativo, la cual depende de la presencia en el organismo del remedio similar y no de su concentración en sangre.

Posibilidad de agravación inicial que consiste en una exacerbación pasajera de los síntomas que pueden producirse al inicio del tratamiento como consecuencia de la reacción orgánica.

La reacción es funcional, atóxica y no deja secuelas ni lesiones.

A.- Es posible reproducir sus efectos en órganos aislados debido a la interacción droga receptor que desencadena un efecto farmacológico cuantificable.

El efecto del fármaco clásico se define por la curva dosis-respuesta en función de dosis empleada proporcional al número de receptores activados, se llega a un punto de inflexión cuando todos los receptores están saturados, dando una respuesta de variación cuantitativa. Ej. Bronco dilatación, vasoconstricción, disminución de la secreción gástrica.

No hay agravación inicial; pueden presentarse efectos colaterales y tóxicos por altas dosis, intolerancia, o dosis repetidas.



6) Prescripción.

H.- El medicamento homeopático se prescribe siempre basado en el conjunto sintomático: Síntomas físicos y modificaciones generales y psíquicas aparecidas con la enfermedad..

A.- La prescripción del fármaco clásico se lleva a cabo bajo diversos criterios tales como la etiología; fisio-patología o los síntomas de una enfermedad.

7) Efectos.

H.- El efecto primero es el efecto de la droga y en menor grado la modificación de la Fuerza Vital y el segundo es el producido por la reacción de la Fuerza Vital ante el agente que la quiere modificar y es este efecto el curativo.

A.- El efecto primario es el farmacológico de la droga en sí sobre el organismo, y el secundario es el efecto tóxico indeseable.


Modificación del Terreno

Pone en reacción al organismo; esto quiere decir que con frecuencia; las condiciones generales después de un tratamiento adecuado son distintas.

H.- Ocasiona una modificación cualitativa del organismo, varía su capacidad de respuesta; "Individual, no existen enfermedades sino enfermos."

A.- Ejemplo la antibioterapia: Su acción es coyuntural; erradica la infección del momento; pero no influye para nada en la predisposición a las reinfecciones; no impide las recidivas (bronquitis, cistitis) en sujetos propensos. (No modifica el terreno predispuesto).

Podríamos concluir aceptando que ambas son procederes terapéuticos afines a la salud.



Fca. Ana María Fernández Prof. Adjunta A.M.H.A.
D.T. Farmacia Caledonia. Prof. Adjunta E.M.H.A

lunes, 11 de abril de 2011

La Artritis y el reumatismo

Dr. Peter Fisher, 2003

La artritis y el reumatismo se encuentran entre las formas más comunes de las enfermedades crónicas. Posiblemente debido al envejecimiento poblacional se convertirán en enfermedades más comunes todavía.

Estrictamente hablando, la artritis es una enfermedad de las articulaciones, mientras que “el reumatismo” es una enfermedad del tejido conjuntivo que da apoyo en la movilidad articular.

De hecho, la distinción es a menudo artificial, ya que muchos de estos condicionantes afectan tanto a las articulaciones como a los tejidos conectivos.

La osteoartritis, la más común de estas condiciones, es básicamente "el desgaste articular”. La la raíz del problema es el desgaste del cartílago, el duro y resbaladizo "cartílago", que permite que los extremos de los huesos se deslicen suavemente uno sobre el otro y además absorbe los choques. La articulación se torna dura y dolorosa, y puede crujir cuando se la mueve.

A medida que el cartílago se desgasta hacia abajo, los huesos de cualquier lado de la articulación pueden reaccionar formando pequeñas excrecencias llamadas osteofitos. Uno de los sitios donde los nodos óseos pueden localizarse es en la última articulación falángica de los dedos.

La Espondilosis es uno de los problemas similares que afectan a la columna, aquí el principal problema es la degeneración de los discos que separan las vértebras.

Como era de esperar con una enfermedad degenerativa, la prevalencia de la artrosis aumenta con la edad, afecta al nueve por ciento del total de la población, pero alrededor del 70% de los mayores de 70 años la padecen. Es la más común de todas las enfermedades reumatológicas, y, de hecho, probablemente, la más común de todas las enfermedades crónicas, por lo que debido a ello, mucho enfermos han de vivir con ella muchos años. No es de extrañar que tienda a afectar a las articulaciones del “cojinete de peso” (Por ejemplo, la zona lumbar, las caderas y las rodillas).

Se corresponden con un conjunto de lesiones por uso excesivo (por ejemplo, trabajos físicos pesados o algún deporte profesional) que predisponen a la osteoartritis a lo largo de la vida. El sobrepeso es otro factor importante.

Los otros dos principales grupos de la artritis y el reumatismo son la artritis inflamatoria, cuya forma más común es la artritis reumatoide, y el suave e insidioso “reumatismo”.

La artritis reumatoide afecta alrededor del 1% de la población, es casi tres veces más común en las mujeres que en los hombres (se desconoce la razón). Su causa, hasta la fecha no ha sido descubierta.Tiende a iniciarse a una edad más temprana que la osteoartritis (por lo general a los años 30 a 50 años) y es más agresiva, teniendo un curso más rápido: alrededor de un tercio de los pacientes son personas con discapacidades graves dentro de los diez años posteriores al comienzo del cuadro clínico, aunque este periodo es muy variable muy variable. En particular, afecta a las pequeñas articulaciones, especialmente de las manos y los pies, causando una deformidad de la mano típica en la que los dedos se ven inclinados hacia los lados. Sin embargo, puede afectar a casi cualquier articulación en el cuerpo, y también causan nódulos bajo la piel y problemas en los ojos. Hay muchas otras formas de inflamación de semejanza a la artritis, algunas de ellas asociadas a las infecciones.

El último grupo hablaremos del “reumatismo”, que afectan a la función de los tejidos conectivos en lugar de a las propias “juntas”. Existen muchas formas de esta enfermedad, algunas de ellas con nombres pintorescos. Se incluyen las entesopatías que afectan al lugar de inserción de los tendones a los huesos - el más conocido de estos síndromes es el codo de tenista, que afecta a la parte externa del codo, y el codo del golfista, que afecta al lado interno.

La Capsulitis - inflamación de la cápsula de los tejidos que rodean a la articulación - afecta más comúnmente al hombro, y puede dar lugar al denominado hombro "congelado". Algunos de los nombres más divertidos se reservan para la bursitis -inflamación de la bursa, almohadillas de amortiguación que se superponen en muchas articulaciones. Dentro de estas patologías se incluyen la “rodilla de criada” (también conocida como la rodilla del clérigo). Pero mi favorito es el denominado Síndrome de los tejedores o de Weaver - llamado así porque solía afectar a los tejedores que tenían que meter la lanzadera arriba y hacia abajo a largo de los bancos para atender sus telares.

La forma más común de reumatismos de partes blandas, es actualmente la fibromialgia (Que anteriormente solía ser conocida como fibrositis). Afecta a cerca del dos por ciento de los individuos y es mucho más común en las mujeres que en los hombres. Se trata de una polémica condición, algunos creen que la fibromialgia y el síndrome de fatiga crónica son variedades de la misma condición. Ciertamente hay similitudes. Las características típicas son el dolor musculoesquelético generalizado además del dolor en algunos puntos específicos. Con frecuencia se asociada la fatiga a la falta de sueño, así como a otros problemas como la migraña y el síndrome de intestino irritable.

Hay muchos problemas con los actuales y convencionales tratamientos de la artritis y elreumatismo. Por ejemplo, aunque rara vez la osteoartritis, en sí misma mató a alguien, la alopatía ofrece un grupo de medicamentos de uso frecuente en su tratamiento, esteroides, AINES, AAS. El ibuprofeno y el aceclofenaco se usan con rutina, además de otras muchas moléculas pertenecientes a estos grupos.

Hay unos 12.000 ingresos hospitalarios y unas 2.000 muertes por el uso de estas drogas cada año en el Reino Unido. Aunque la nueva generación de AINES son más seguros. Se ensalzan como analgésicos, que no afectan ni modifican la enfermedad de base proceso. Del mismo modo para la artritis reumatoide, hay una gama de drogas de gran alcance y todas disponibles, pero no nos olvidemos de las alarmante listas de efectos secundarios que todas poseen.

El enfoque homeopático

En el tratamiento de alguien que sufre de la artritis y el reumatismo con la homeopatía, al igual que con cualquier otra condición, tenemos que entender a la persona como un todo. En la práctica, esto significa empezar observando cual es exactamente el problema: dolor, rigidez, alteraciones del sueño, la limitación de determinadas actividades o ¿qué? ¿Dónde está? Cuánto tiempo ha sido un problema, y que ha sido de su evolución. Por "Evolución" se entiende el proceso desde el inicio y los sucesos ocurridos desde entonces. Hay que estudiar cualquier patrón particular, además de las modalidades - simplemente saber que factores empeoran o modifican el problema, las peculiaridades del tiempo frío o caliente o incluso las aplicaciones de sustancias o vendajes que modifiquen la temperatura, etc… Para nosotros es importante saber qué es normal: por ejemplo, lo que es habitual de una inflamación aguda para el paciente. La oferta de articulaciones inflamadas y su alivio, sea con aplicaciones frías o calientes. Además en la homeopatía, las excepciones a la regla son de interés particular.

Debemos seguir adelante con el resto de la historia. No tomar por separado su cuadro actual y la historia homeopática, pues no debemos olvidar que el enfermo es un todo, y ese principio holístico es la base de nuestro método. Sin embargo, a veces la parte “convencional” de la historia puede dar una pista vital. Por ejemplo, una mujer vino a consultarme por molestias extra-articulares, manifestaciones de la artritis reumatoide, su problema. Cuando le pregunté si podía saber qué había desencadenado el problema, dijo no podía pensar en otra cosa más que en la artritis y su dolor. Pero cuando indagamos en su vida, me enteré que había sufrido un desordenado divorcio, incluyendo un tribunal y la batalla subsiguiente por la custodia de los niños, que ella eventualmente entendió que había ganado. El inicio de su enfermedad coincidió casi con el día del fin de la custodia. Me sorprendió que ella no fuera capaz de realizar la conexión. Sin embargo fue imposible profundizar en el tema que la irritaba en exceso. Estaba claro que se trataba de un tema del que ella no quería hablar.

Traducido en el pintoresco lenguaje del siglo XIX tal y como se llevó al repertorio, encontramos: “Agravado por el consuelo”. Aquí encontré la primera pista hacía el remedio homeopático, indagando aún más en el caso no lo dudé, le di sepia, a la que ha tenido una respuesta excelente. Este puede ser un ejemplo de "lo que no se dice, sino cómo lo dice".

Luego, para completar la historia, los síntomas "mentales" y "Generales". En los Mentales debemos incluir cómo el paciente reacciona y hace frente o no, a sus problemas, y los llamados "constitucionales" característicos: ¿se trata de una persona con fuerza de voluntad, persona asertiva, o lo contrario? ¿Ordenado y organizado o descuidado? Y así sucesivamente. A continuación, los generales, por ejemplo, si esta persona mejora con el tiempo frío en exceso, si prefieren la mañana, la tarde o la noche, etc…

La exploración médica ha de ser ineludible, no es sólo una cuestión de buena práctica médica, ya que puede dar importantes pistas al tratamiento homeopático. Por ejemplo: la calidez de las articulaciones inflamadas pueden sugerirnos algunos remedios ( Apis, Bryonia); la rigidez contracturada de las articulaciones pueden hacernos pensar en Causticum o en Formica.



El codo de tenista es típico del reumatismo que afecta a la función de los tejidos conectivos

RS es una mujer asiática de 39 años cuando me consultó por primera vez en Abril de 1993. Ella había sido diagnosticada de sufrimiento reumatoide y artritis unos 18 meses antes. Trabajaba en un supermercado, y ella, aunque había tenido algo de dolor e hinchazón en sus nudillos y articulaciones de los dedos durante un par de años antes de que fuera diagnosticada, realmente no le molestaba hasta que empezó a trabajar en caja. (Esto ocurrió los días antes de la introducción de los lectores de códigos en las cajas del supermercado, por lo que tanto en el pago como en el envío el uso del teclado ocasiona gran trabajo. Pocas semanas después de esto presentó un dolor severo y la inflamación en muchos de sus dedos y nudillos. Ella fue quitada de la caja, pero ello solo conduce a una ligera mejoría. Su médico de cabecera la remite al reumatólogo del l hospital local, y que la diagnostica de artritis reumatoide. El diagnóstico se confirma mediante análisis de sangre. Ella había tenido varios tratamientos convencionales que lo la ayudan e incluso causan efectos secundarios.

Su médico de cabecera simpatizaba con la homeopatía y la refirió a mí en el RLHH. Las características básicas eran típicas de la artritis reumatoide, pero hablando con ella encontré una serie de idiosincrásicas características. Aunque el problema se había iniciado en las manos, pudimos encontrar la participación de otras articulaciones, pero excepcionalmente. La artritis se trasladó impredeciblemente de una articulación a otra. Una rodilla, por ejemplo, se tornó dolorosa e hinchada durante un par de semanas, luego se restableció la normalidad por sí misma para más tarde estallar en otros lugares. Su artritis empeoraba antes de su período menstrual y estaba claro que estaba muy deprimida como consecuencia de la situación: se convirtió en una mujer llorona, discutidora. Sin embargo, a diferencia del paciente mencionado antes, estaba dispuesta a hablar sobre sus sentimientos, y parecía sentirse mejor al hacerlo. Estas características me dieron un "Trípode", la base tradicional de nuestros recursos homeopáticos (síntomas, locales, mentales y generales). Le receté Pulsatilla. La volví a ver en un par de meses y me complació saber que se sentía mucho mejor, más alegre, y que las molestias articulares también habían mejorado. Ella había reducido el número de analgésicos (que le molestaban en el estómago) y los fue tomando en función de la necesidad. Ha habido algunos altibajos desde entonces, y hemos utilizado otros remedios homeopáticos, pero siempre he retornado a Pulsatilla. Las pruebas en sangre han mejorado constantemente,y los rayos X se muestra más lejos del deterioro. Ella sigue trabajando en el supermercado, pero ya es gerente. Sigo viéndola una o dos veces al año, pero ahora no tiene prácticamente ningún problema consecuencia de la artritis y sólo toma remedios homeopáticos, y tratamiento nutricional adecuado al caso.

Miss AQ, de 73 años, es una bailarina desde su adolescencia, había subido a primera bailarina en una empresa importante, y más tarde enseña ballet durante muchos años. Ella vino a mí para quejarse de dolor en varias articulaciones, sobre todo de las rodillas. Ella había sufrido numerosas heridas y contusiones articulares a lo largo de su carrera profesional, especialmente en los pies y las rodillas. En muchas ocasiones se había obligado a bailar a pesar de sus lesiones. Había sufrido varias operaciones en sus cartílagos de rodilla. En el examen, la encontré extremadamente flexible, capaz de tocar el piso con las palmas de sus las manos con las piernas estiradas. Ella tenía nódulos grandes en los dedos. Estaba claro que había relación con la artrosis por uso excesivo aún con lesiones. Se le recomendó ponerse una prótesis de rodilla, pero fue reacia a hacerlo, porque sintió que la anterior operación de rodilla le había hecho más daño que beneficio a largo plazo. Me interesé por su extrema flexibilidad, ya que parecía que esto no se debía únicamente a su formación profesional. Tenía una flexibilidad extrema, era capaza de llevar su dedo pulgar a sus antebrazos sin la ayuda de la otra mano. Los dolores cada vez eran más intensos. En esta forma se prescribe Calcarea fluorica y Symphytum, Rhus Tox y crema de Ledum para que se frote las articulaciones. Ella volvió un par de meses más tarde, diciendo que los dolores en sus articulaciones estaban bajo control, la crema le daba alivio durante horas cuando lo necesitaba. Probablemente va a necesitar una prótesis de rodilla con el tiempo, pero por el momento tolera muy bien los síntomas

El Dr. Peter Fisher es Director Clínico del Real Hospital Homeopático de Londres. Además es el médico de la Reina de Inglaterra.











martes, 5 de abril de 2011

EL EQUILIBRIO ACIDO-BASICO EN EL ORGANISMO

Dr. PABLO BERETTA – Dr. TOMAS MARESCA

Modificado del texto original de “Posibilidades de tratamiento natural y homeopático de la Fibromialgia y el Síndrome de Fatiga Crónica” Dr. Jorge Barros

Acidez y alcalinidad
Estos dos términos responden a la forma de clasificar la reacción química de cualquier elemento. El grado de acidez o alcalinidad se mide a través de una escala llamada de pH (potencial de hidrógeno) que va de 0 (extremo ácido) a 14 (extremo alcalino), ubicándose en el centro (7) el valor neutro. O sea que entre 0 y 7 tenemos los valores de acidez y de 7 a 14 los de alcalinidad.

A nivel celular se producen reacciones químicas que liberan residuos de naturaleza ácida y deben ser eliminados del organismo a través de las vías naturales de excreción (riñones, intestino, piel y pulmones). Para cumplir adecuadamente esta tarea la sangre debe mantener un ligero nivel de alcalinidad. Tal es así que en una persona sana el pH de la sangre se ubica entre 7,40 y 7,45.

Cuando se incrementa el nivel de acidez, la sangre debe conservar este vital equilibrio a través del aporte de bases (álcalis) para neutralizan los ácidos. Por ello, para obtener un sano metabolismo celular, es preciso que la sangre tenga un constante flujo de sustancias de naturaleza alcalina, a fin de poder neutralizar el exceso de ácidos.

En primera instancia la sangre obtiene estas bases de los alimentos. En caso necesidad -sea por exceso de ácidos o por carencias nutricionales de bases- debe recurrir a la reserva alcalina de huesos, dientes, tejidos y líquidos corporales. Así se pone en marcha el mecanismo de descalcificación y desmineralización del organismo. Los huesos (que ceden calcio en forma de sales alcalinas) se hacen frágiles, aparecen caries, manchas blancas en las uñas (que se toman quebradizas), osteoporosis, lesión en las mucosas, piel seca, anemia, debilidad, problemas digestivos, afecciones de vías respiratorias, sensación de frío, etc. Para permitir el normal trabajo de la sangre (y del organismo todo), debemos ser cuidadosos en el aporte que realizamos a nuestro cuerpo a través de los alimentos que

ingerimos. Por un lado tratando de evitar alimentos (y situaciones, según veremos más adelante) acidificantes, y por otro incrementando la provisión de bases a través de una mayor ingesta de alimentos alcalinizantes.

Alimentos ácidos y básicos

Los alimentos (como todos los elementos de la naturaleza) tienen distintos grados de acidez o alcalinidad. El agua pura, que es neutra, tiene un pH 7,07. En general, todas las frutas y verduras resultan alcalinizantes. Si bien la fruta tiene un pH bajo (o sea que resulta ácida), no es lo mismo la reacción química de un alimento fuera que dentro del organismo. Cuando el alimento se metaboliza, puede generar una reacción totalmente distinta a su característica original. Es el caso del limón o de la miel: ambos tienen pH ácido, pero una vez dentro del organismo provocan una reacción alcalina.

Un alimento de reacción ácida obliga a tomar bases del organismo para ser neutralizado. Un alimento de reacción alcalina aporta bases para neutralizar excesos de acidez provocados por otros alimentos o por los propios desechos orgánicos del cuerpo.

A fin de servir como referencia, veamos la tabla (elaborada por Bridges, Cooper, Barber y Mitchell) que expresa en grados de acidez o alcalinidad, la reacción metabólica de ciertos alimentos en el organismo humano.

Pasa de uva 23,7; Panceta de cerdo 28,6; Porotos blancos 18,0; Pollo hervido 20,7;  Almendras 12,0; Carne de novillo 13,5;  Dátiles 11,0; Maní 11,6;  Remolacha 10,9; Huevo de gallina 11,1; Zanahoria 10,8; Crackers integrales 8,5;  Apio 8,4; Nueces 8,4;  Melón 7,5; Pan 7,3;  Damasco 6,8; Queso de vaca 5,5; Ananá 6,8; Ricota 4,5;  Pomelo 6,4; Arroz hervido 2,6;  Naranja 6,1; Fideo hervido 2,1; repollo 6,0; Tomate 5,6;  Limón 5,5; Manzana 3,7;  Zapallo 2,8; Nabo 2,7; Uva 2,7

También los minerales juegan un rol importante en el comportamiento acidificante o alcalinizante de los alimentos y nos permite hacer una elección más consciente. Por lo general resultan acidificantes aquellos alimentos que poseen un alto contenido de azufre, fósforo y cloro. En cambio son alcalinizantes aquellos que contienen buena dosis de: calcio, magnesio, sodio y potasio.

Además es importante conocer otros aspectos que tienen que ver con la preparación misma de las comidas. Por ejemplo: se ha demostrado que un 40-60% de los elementos minerales y un 95% de las vitaminas y bases se pierden en el agua de cocción de las verduras. Resulta entonces que el alto contenido de bases que poseen las verduras -y que resulta tan útil para el equilibrio sanguíneo- se desvaloriza. Incluso las verduras llegan a presentar naturaleza ácida cuando se tira el agua de cocción (es el ejemplo de acelga o espinacas).

De allí la importancia del sistema oriental de cocer las verduras al vapor en cestas de acero o bambú, o sea sin que estén en contacto directo con el agua. También comprendemos el alto valor terapéutico de los caldos, que conservan todo el contenido alcalino de las verduras y que resultan tan equilibrantes en, enfermos y convalecientes.

Acidos, no tan malos
Debemos aclarar que no todos los ácidos son malos. En nuestros alimentos hay ácidos beneficiosos y otros perjudiciales. Entre los beneficiosos podemos citar a los ácidos frutales: cítrico, málico, tartárico, fumárico, etc. Estos ácidos, una vez metabolizados en el organismo se combinan con minerales (sodio, calcio, potasio) y dan lugar a sales minerales, carbonatos y citratos (elementos que tienen la capacidad de fluidificar y alcalinizar la sangre) o bien se oxidan en la sangre y son eliminados del organismo como anhídrido carbónico, activando la ventilación pulmonar.

En cambio otros ácidos -como el oxálico, el benzoico, el tánico y sobre todo el úrico, el láctico y el butírico- no resultan tan buenos para el organismo. El oxálico (presente en acelgas, espinacas, cacao y remolacha), además de su acción acidificante, disminuye la absorción de calcio y daña los riñones. El ácido benzoico (presente en las ciruelas) está contraindicado en gota y reumatismo. El tánico (café, té negro, vino tinto, fruta verde o poco madura) además de precipitar la pepsina clorhídrica y bloquear o limitar la digestión de las proteínas, está indicado como responsable de algunos tipos de cáncer. Esto no quiere decir que debamos rechazar las verduras citadas (sobre todo la alcalinizante remolacha), pero si moderar su uso si se es propenso a determinadas enfermedades.

Los ácidos presentes en las carnes (úrico, láctico y purinas) además de consumir bases para poder ser neutralizados en la sangre, deben ser luego eliminados del organismo.

En la juventud, el buen funcionamiento de los órganos de eliminación (principalmente riñones y piel), hacen que el ácido úrico sea eliminado satisfactoriamente. Pero con el correr de los años, al acentuarse los efectos nocivos de la acidificación en el organismo, estos órganos pierden eficiencia. Al no poder ser eliminados del organismo, el ácido úrico y otros residuos metabólicos de naturaleza ácida, son retenidos fundamentalmente por el tejido conjuntivo, así como por los huesos, músculos y cartílagos del cuerpo, con el objetivo de retirarlos del flujo sanguíneo. Esto sirve de origen a dolencias tales como: artritis, artrosis, reumatismo, enfermedades del corazón, ciática, eczemas, nefritis, hepatitis, cálculos, arteriosclerosis y un estado de enfermedad latente pronto a manifestarse. Según la naturaleza de cada persona, comenzarán a presentarse a corto plazo los primeros síntomas del padecimiento de una u otra enfermedad (signos de alarma), que variarán según cuales sean los tejidos u órganos afectados.

Aportando una alimentación rica en bases y/o disminuyendo el contenido proteico, posibilitamos una eliminación masiva de estos desechos, depurando así el organismo.

Todo esto nos permite comprender que aún una dieta que excluya la carne (vegetariana) puede no ser ideal y puede resultar acidificante si se consumen en exceso: huevos, quesos, legumbres, oleaginosas, cereales refinados, café, té, chocolate y azúcar blanca.

Dieta alcalinizante

Según los estudios del Dr. Ragnar Berg -médico sueco fallecido en 1956, pionero en la investigación de la alimentación alcalinizante- un 85% de nuestra dieta debe estar compuesta de elementos ricos en bases (de los cuales una parte debe estar en estado crudo) y sólo un 15% debería estar reservado a los alimentos acidificantes. Si bien Berg combatía los procesos de acidificación con preparados de sales alcalinas y citratos, sostenía que la mejor terapia era la de jugos frescos de frutas y verduras. Este hecho resulta fácilmente comprobable cuando realizamos un día de ayuno bebiendo solamente jugos de frutas. Al día siguiente sentimos una sensación de alivio general en todo el organismo, ya que estamos permitiendo el proceso de purificación de los residuos ácidos, gracias al aporte exclusivo de bases.

El Dr. Berg determinó que las verduras silvestres poseen mayor cantidad de sales alcalinas que las de cultivo. Esto ha sido confirmado por estudios franceses y alemanes, que demuestran una disminución de estos valores (y de otros nutrientes importantes), inversamente proporcional al aumento del uso de abonos químicos. También se ha probado experimentalmente que la fruta madurada artificialmente deja de comportarse como alcalinizante en el organismo. Son comprobaciones científicas de la involución cualitativa de la producción industrializada de nuestros alimentos.

Aporte Argentino

Sin irnos muy lejos, el médico rosarino Samuel Sack hizo un aporte interesante al tema del equilibrio ácido-básico, desarrollando una técnica de remojo de alimentos ácidos en soluciones alcalinas (caldo de repollo blanco o agua bicarbonatada). Su sistema se basa en las propiedades alcalinizantes y neutralizantes de ácidos que se ha detectado en el repollo blanco. Estas virtudes se encuentran mayormente en el repollo crudo y en el agua de su cocción. El remojo de los alimentos en caldo de repollo no altera su calidad ni su sabor, sino por el contrario, facilita su asimilación y transformación en el organismo, influyendo positivamente en el equilibrio ácido-básico. Al hervir, esta hortaliza libera álcalis que pasan al agua y el proceso de neutralización de los alimentos sumergidos en ella se realiza en forma directa.

La orina como indicador de ph Como hemos dicho, cuando los procesos vitales del organismo se desarrollan normalmente, el nivel de la sangre es ligeramente alcalino (pH 7,40). El exceso de ácidos, apenas varía este parámetro primordial del cuerpo. Pero los trastornos se reflejan en el ámbito de los tejidos y líquidos en contacto con la sangre. Dado que los ácidos en exceso son eliminados a través de los riñones por la orina, tenemos allí un modo simple y preciso de verificar qué está sucediendo en nuestro organismo.

Este método de verificación fue descubierto por el científico húngaro Erik Rucka y desarrollado por la Dra. Catherine Kousmine, investigadora suiza, creadora de un sistema terapéutico basado en la alimentación natural.

La Dra. Kousmine dice que “la primera orina de la mañana no sirve para el control por ser naturalmente ácida, ya que el reposo nocturno sirve para que los riñones eliminen los productos ácidos de desecho”. Luego agrega: “Si el control de la segunda orina del día nos da valores menores a 5 y no ha habido esfuerzo físico de por medio (el ácido láctico también se elimina por la orina), quiere decir que el cuerpo está sufriendo una acumulación anormal de sustancias ácidas o pérdida de bases (calcio, sodio). Aquí pueden aparecer manifestaciones tan variadas como palidez, dolor de cabeza, dolores reumáticos, neuralgias; todos síntomas que desaparecen en breve tiempo y sin uso de analgésicos, con el simple aporte de sustancias alcalinas (citratos o bicarbonatos). La permanencia en valores cercanos a pH 5 está también relacionada con una constante sensación de cansancio injustificado.”

“Por cierto nuestra vida moderna es muy sedentaria, tiene poca oxigenación y está basada en una alimentación muy pobre en bases. Por ello es muy fácil sufrir malestares debido a la acumulación de sustancias ácidas” explica la Dra. Kousmine, quién aporta: “Si hemos pasado un período de excesiva tensión o hemos estado enfermos, el organismo acumula una gran cantidad de sustancias ácidas y para eliminarlas lleva tiempo. A mí me ha sucedido que luego de un período de excesivo trabajo me ha llevado más de un año hacer retornar la orina al valor normal. El control del pH urinario y su normalización, debe formar parte integrante del plan terapéutico de todo tipo de enfermedad crónica”.

“Una mejor oxigenación permite quemar los ácidos orgánicos, convirtiéndolos en anhídrido carbónico, eliminado luego por los pulmones”. Estos conceptos demuestran la incidencia de factores externos a la alimentación (estrés, contaminación ambiental, etc.) como causa suplementaria de acidificación orgánica.

Conclusiones

Ante todo debemos hacer del comer, un acto consciente. El estrés, las obligaciones y las tensiones, han provocado la transformación de nuestra nutrición en algo mecánico o apenas placentero. Nuestros problemas de salud -que todos los tenemos, como consecuencia de años de errores- nos deben servir como incentivo para que comencemos a modificar nuestros hábitos, prestando atención a qué y cómo comemos. Tampoco es cuestión de caer en extremismos. Pero sí comenzar a mejorar la calidad de nuestra nutrición y en definitiva la calidad de vida. Atender al equilibrio ácido-básico de nuestro organismo nos permitirá eliminar una gran cantidad de síntomas, muchos de los cuales ya los consideramos normales, de tanto convivir con ellos.

El éxito del cambio de actitud se basa en modificar la relación de ácidos y bases ingeridos en forma gradual. Proponerse inicialmente un 2 a 1 (dos partes de alcalinizantes por cada parte de acidificantes) para luego pasar al 3 a 1 y finalmente llegar aún óptimo 4 a 1. No tener miedo a exagerar con los alimentos alcalinizantes. Ya vimos que el problema está dado por el exceso de ácidos. La sangre sabrá qué hacer con el exceso de bases.

También es importante que cada persona adecue la alimentación a su realidad orgánica, social y laboral. Las personas nerviosas, delgadas, friolentas, alérgicas, con dolores articulares, neuralgias, con tendencias a caries, cálculos u osteoporosis, obviamente tendrán mayores necesidades de alcalinización. Así como no todos somos iguales, tampoco todas las épocas del año exigen los mismos nutrientes. En este sentido la medicina china tiene antiguos y eficaces sistemas de clasificación, tema para tratar en otra oprotunidad.

Lo importante es basarnos en el abundante consumo de frutas (de estación y bien maduras) y verduras (crudas, cocinadas al vapor o consumidas con su agua de cocción). Hacer mucho uso de repollo blanco (crudo), zanahoria, apio, papa, batata, nabos, hojas de ensalada, berenjenas, pepino y tomate. Entre las frutas: limón, caqui, cereza, manzana, melón, sandía, naranja, mandarina, pomelo, damasco, ananá, banana, durazno, pera y uva.

Demás está decir la importante que es consumir frutas y verduras de cultivo natural o silvestre. Esto puede parecer difícil en las grandes ciudades, pero es bueno insistir en la búsqueda de productores orgánicos que ofrecen sus productos en la ciudad.

Usar los cereales menos acidificantes (arroz, trigo sarraceno, maíz) o alcalinizantes (mijo o cebada). Entre las frutas secas preferir almendras, dátiles, pasas de uva y castañas. Dentro del grupo de legumbres, los porotos blancos resultan los más alcalinizantes, y como endulzante preferir la miel de abejas.

La macrobiótica tiene muchos alimentos alcalinizantes y de allí el éxito de sus tratamientos. Nos referimos al miso (pasta de soja fermentada), el sésamo, la raíz de bardana, las algas, el poroto aduki (no es alcalinizante pero sí protector de la importante función renal), el té de banchá, la raíz de loto y las ciruelas umeboshi.

Todo esto no quiere decir que debamos dejar totalmente de lado los alimentos acidificantes; simplemente debemos ingerirlos balanceados por los alcalinizantes. Es el caso de las legumbres (lentejas, arvejas, garbanzos, soja, arveja), los cereales clásicos (trigo, avena, centeno), las semillas oleosas (nueces, maní, pistachos, girasol, aceitunas) y algunos lácteos.

También se ha demostrado que el exceso de alimento es causa de acidificación corpórea. O sea que hay una razón más para que nos nutramos con moderación y al simple efecto de saciar necesidades básicas. Algo difícil de lograr cuando el alimento se convierte en una descarga emocional o, peor aún, en una adicción.

Dada la amplitud y complejidad del tema, no pretendemos que esto se convierta en algo definitivo. Es información concluyente y analítica de un grave problema que la salud pública tiene entre manos y que todos sufrimos. Quedamos a su disposición por requerimientos de mayores datos o para intercambio de información. Gracias.


METODO DEL DR. SAMUEL SACK

Todo el sistema se basa en la utilización de Caldo de Repollo (CR): se hierve una hoja de repollo blanco o verde claro, nunca colorado, en un litro de agua. O utilización de Agua Bicarbonatada (AB): diluir media cucharadita de bicarbonato de sodio en un litro de agua. El Caldo de Repollo no altera el sabor de los alimentos. Nunca usar recipientes de aluminio. He aquí las indicaciones para cada elemento:

Infusiones: Utilizar en su confección CR en lugar de agua.

Leche: Hervir 15′ con una hoja de repollo blanco. Manteca: Remojar el pan de manteca troceado durante 72 horas en CR o AB, cambiando el líquido cada 24 hs.

Ricota: Remojar en CR o AB durante una hora.

Quesos duros: Remojar tajadas de 4 cm en CR o AB durante 6 horas.

Dulce de batata: Remojar tajadas de 4 cm en CR durante 3 horas.

Dulce de membrillo: Hervir 15′ en CR.

Frutas desecadas y aceitunas: Remojar 6 horas en CR o AB.

Semillas: Remojar sin cáscara 6 horas en CR o AB.

Chocolate: Remojar de 1 a 6 horas según el espesor.

Legumbres secas: Remojar 6 horas en CR o AB, enjuagar y cocinar en agua natural.

Verduras: En caso de acelga o espinaca, cocinar en CR ó en agua con una hoja de repollo, ó remojar 3 horas en AB y cocinar en agua natural.

Papas o batata: Cocinar en CR ó agua con una hoja de repollo. Para freír, remojar una hora en CR o AB. Para el horno, remojar 3 horas en CR o AB.

Cereales y pastas: Cocinar en CR.

Huevos: Remojar con cáscara una hora en CR o AB.

Aceites refinados: Colocar una cucharadita de bicarbonato de sodio en la botella, agitar bien y dejar luego 24 horas en reposo. El bicarbonato neutraliza los vestigios de ácidos y solventes utilizados en la industrialización, formándose en el fondo de la botella un sedimento (la reacción del bicarbonato sobre los ácidos) que no debe ser utilizado.

Este sistema resulta muy útil para personas que realizan una transición de una dieta “normal” a una dieta vegetariana alcalinizante. A través del repollo puede neutralizarse gran parte del componente ácido de quesos, manteca, legumbres, aceites y huevos. Sack sugería usar agua de repollo (o introducir una hojita de repollo) en la preparación de salsas, cocción de pastas, huevos, legumbres y verduras (sobre todo acelga, espinaca y remolacha), así como en el remojo de legumbres, frutas secas y carnes. También el Dr. Sack recomendaba agregar apenas una hojita de repollo crudo a las ensaladas (en exceso produce gases), desaconsejando en cambio el consumo del repollo hervido